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08.09.2013 19:08

El Propósito de Dios para tu Vida

En la Palabra de Dios encontramos todas las respuestas para la vida, allí se revela el plan perfecto de Dios.

Dios está más interesado que vos en que cumplas tus sueños, porque son sueños que Dios mismo puso en tu corazón esos sueños.

Los planes que Dios tiene para nosotros son hermosos. Es por esto que no hay nada más sabio que hacer la voluntad de Dios y nada más tonto hacer lo que Dios NO quiere. Algo que influye mucho en nuestros sueños es nuestra IDENTIDAD. Lo que pensamos de nosotros mismos muchas veces determina lo que somos y lo que hacemos.

Determina nuestra manera de ver las cosas. Esto se puede ver en el 2do mandamiento: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Si nos fijamos, para poder amar a los demás primero debemos amarnos a nosotros mismos, si nosotros no nos amamos, no podemos amar a los demás.

Si pensamos que somos una basura vamos a actuar y a responder a los demás como si fuésemos una basura.

Si nosotros pensamos que vamos a tener un pobre futuro no nos importará hacer cosas para cambiar eso, porque ya estamos convencidos de que nuestro futuro es una porquería. En cambio si confiamos en la palabra que Dios nos da de que tiene planes de bienestar para nuestras vidas. Y si nos damos cuenta de que Dios quiere para nosotros mucho más de lo que nosotros soñamos y pensamos Efesios 3:20 vamos a tratar de no arruinar nuestro futuro y tendremos cuidado de nuestras acciones presentes.

Muchas veces lo que nosotros pensamos de nosotros mismos está condicionado por lo que los demás piensan de nosotros, eso ESTÁ MAL! Si David hubiese pensado de él lo que sus hermanos y su padre pensaban de Él, no hubiese llegado a ser lo que fue! La única opinión que nos debe interesar es la opinión que Dios tiene de nosotros. Y Dios tiene los más maravillosos pensamientos de ti.

Dios es orden, muchas veces queremos saltar ese orden y nos vemos en problemas. Lo correcto sería ubicarnos en cuál punto de la voluntad de Dios nos encontramos y poder alinearnos a su voluntad, para poder aprovechar la vida abundante que Cristo ganó por nosotros y así caminar en una vida plena.

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  • SALVACIÓN: La salvación es una realidad, cuando reconocemos que somos pecadores y entendemos que necesitamos un Salvador, somos salvos al momento que decidimos aceptar a Jesús. Gn. 3:15 – 21, Jn. 3:16-18, Rm. 5: 8-11, Rm. 5:6, Rm 8:1.
  • SANIDAD: La sanidad interior es necesaria e importante para todo creyente. Dios nos ofrece una sanidad integral, espiritual, alma y cuerpo. Jer. 33:6,    Jer. 30:17,   Is. 53:4,5, Oseas. 14:4, Lc. 4:17,18, Tito 1: 13, Tito 2:2, **
  • SANTIDAD: No podemos ser santos, sin estar salvos, y sanos, sin salvación sin sanidad no hay santidad. La sanidad interior y la santificación es un proceso progresivo en la vida del creyente. Det. 7:6,  Det. 14:2,  Rm. 6:6,   Heb12:14,       1ª Tes. 5:23, 1ª Pedro 1:15-16.
  • CAPACITACION: Dios nos salva, sana y santifica, pero El nos capacita a través de la vida de la instrucción, y sobre todo dirección del Espíritu Santo.Prov. 1:8, Prov. 22:6,   Lc.1:4,  Rm. 8:28,  2ª Tim 2:2,   2ª Tim 3:14-17,  Tito 2:1,  1ª Pedro 4: 12-16,  2ª Pedro 3:18.
  • SERVICIO: Dios nos salva, sana, santifica y nos capacita con el único propósito de que le sirvamos. Todo creyente debe de comprender el plan de Dios para su vida. Mr.10:43, Jn. 12:26, Rm 6:17-19,  Rm. 13:3-4, 1ª Cor. 4:1-2, 2° Tim 3:17

El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos! Salmos 138.8

DIOS  CUMPLIRÁ  SU  PROPÓSITO  EN  TI  PORQUE  TE  AMA!!!

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08.09.2013 18:49

Por qué

Por qué

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¿Por qué la gente se enferma de cáncer? ¿Por qué hay terremotos que destruyen ciudades enteras? ¿Por qué las personas tienen que trabajar arduamente para apenas alimentar a sus familias?

Subconscientemente, es probable que a menudo nos hagamos preguntas como éstas. Pero conscientemente rara vez. Vivimos tan ocupados que esporádicamente nos detenemos y preguntamos ¿Por qué?

Sin embargo algo de repente sucede para despertarnos. Nuestros padres se divorcian. La chica que vive cerca de mi casa es secuestrada. Un familiar se enferma de cáncer. Eso nos despierta por un rato, pero luego volvemos a dormir.

Esto es, hasta que una nueva tragedia viene, otra incongruencia. Entonces pensamos,Algo no está bien aquí, Algo está mal , muy mal. Esto no es como la vida debería de ser!

¿Por qué ocurren cosas malas?¿Por qué este mundo no es un mejor lugar?

 

Hay una respuesta a la pregunta ¿Por qué?, fundamentada en la Biblia. Pero no es una respuesta que la mayoría de las personas desean escuchar: el mundo es como es porque es el mundo que nosotros, de un modo, hemos pedido.

¿Suena raro?

¿Qué o quién podría hacer este mundo diferente?¿Qué o quién podría garantizar una vida libre de dolor, para todos, en todo momento?

Dios puede. Dios puede hacerlo. Pero no lo hace. Al menos no ahora. Y nosotros enojados por ello decimos, "Dios no puede ser todopoderoso y amoroso. ¡Si él estuviera, este mundo no sería como es!"

Decimos lo anterior esperando que Dios cambie su posición al respecto. Nuestra esperanza es que poniendo culpa sobre él haremos cambiar su actuación.

Pero él no parece moverse. ¿Por qué no?

 

Dios no se mueve - él no cambia las cosas ahora mismo - porque él está dándonos lo que nosotros pedimos: un mundo donde nosotros tratamos con Dios como si estuviera ausente o fuera innecesario.

¿Recuerda la historia de Adán y Eva? Ellos comieron del "fruto prohibido". Este fruto era la idea de que podían vivir ignorando lo que Dios decía o les daba. Adán y Eva creyeron que podían llegar a ser como Dios, sin Dios. Asumieron la idea de que había algo más valioso que Dios en sí mismo, algo más valioso que tener una relación personal con Dios. Todo lo anterior, es decir, la decisión que Adán y Eva tomaron dio como resultado el mundo en el cual hoy vivimos.

Esta historia es la historia de todos nosotros, ¿no es así? :

 

"Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino" (Isaías 53:6)

 

 

"No hay quién entienda, no hay quién busque a Dios." (Romanos 3:11)

 

Quién no ha dicho - sino de manera audible, por lo menos en sus corazones - Dios, pienso que puedo hacer esto sin ti, iré solo esta vez pero gracias por la oferta.

Todos hemos tratado de hacer una vida sin Dios. ¿Por qué hacemos esto? Probablemente porque tenemos la idea de que existe algo más importante, más valioso que Dios. Para cada persona pueden ser razones distintas pero en todas es lo mismo: Dios no es lo más importante en la vida.

¿Cómo responde Dios a esto?

 

Él lo permite. Muchas personas sufren con dolor el resultado de las decisiones de otros o la de ellas mismas, decisiones que hacen en contra de Dios... robos, abusos sexuales, adulterio, secuestros, mentiras, fraude, avaricias, calumnias, etc. Todos estos resultados son sufridos por quienes han rechazado darle a Dios acceso en sus vidas para influenciar en ellas. Van por la vida como les conviene, mientras que otros y ellos mismos sufren.

¿Cuál es el punto de vista de Dios en todo esto? Él no es suficiente. De hecho, Dios podría inclinarse alrededor de nosotros compasivamente, esperando que nos volviéramos a Él para llevarnos a una vida real. Jesús dijo, "Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar."1 Pero no todos están deseando ir a Él. Jesús comentó lo siguiente cuando dijo: "¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡ Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!."2 Una vez más, Jesús habló de nuevo sobre el tema de nuestra relación con Él. "Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida."3

¿Pero qué pasa cuando la vida no es justa?¿Qué hay acerca de todas esas circunstancias que golpean nuestra vida, causadas por otros? Cuando nos estamos sintiendo víctimas, es bueno recordar que Dios trata con esas personas. También entiende mejor que nadie por lo que una persona está pasando.

 

No hay nada en la vida más doloroso que lo que Jesús tuvo que soportar por nosotros, cuando fue abandonado por sus amigos, ridiculizado por aquellos que no creían en él, golpeado y torturado antes de su crucifixión, para después ser clavado en la cruz, en un vergonzoso espectáculo público, muriendo en una lenta sofocación. Él nos creo, dándole a la humanidad la libertad de hacer esto, para que se cumplieran las Escrituras y para darnos libertad de nuestro pecado.

Esto no fue una sorpresa para Jesús. Él estaba consciente de lo que pasaría, conociendo anticipadamente todos los detalles, todo el dolor, toda la humillación. Cuando Jesús iba subiendo a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos, y por el camino les dijo: "He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas, y le condenarán a muerte; y le entregarán a los gentiles para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará."4

Imagina que ya sabes que algo feo te sucederá. Jesús sufrió una angustia emocional y psicológica. La noche que Jesús supo que sería arrestado, él fue a orar, pero llevó con él a algunos amigos. "Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse. Entonces les dijo: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras."5

A pesar de que Jesús confió en sus tres amigos, ellos no entendieron lo profundo de su martirio, y cuando él regresó de haber orado los encontró durmiendo. Jesús entonces entendió como es ir a través del dolor y la extrema tristeza solo.

 

Este es el resumen de lo que Juan describe en su evangelio: 
"En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de Él, y el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir; a los que creen en su nombre," 6 " Porque Dios no envió su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna."7

 

No hay duda del intenso sufrimiento y dolor que existe en este mundo. Un poco de esto se explica por el egoísmo, acciones vergonzosas de unos hacia otros. Pero Dios se ofreció a si mismo. Dios nos da a conocer que Él ha soportado el dolor también, es por ello que está consciente del nuestro y de nuestras necesidades. Jesús dijo a sus discípulos, "La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo."8

Hay mucha razón para estar angustiado y temeroso, pero Dios puede darnos su paz, la cual es superior a cualquier problema que podamos tener. Él es después de todo, Dios, el Creador. El único que siempre ha existido. Aún en su poder, Él es el único que nos conoce íntimamente, incluso lo más pequeño o detalles insignificantes de nosotros. Y si es que llegamos a confiarle nuestra vida a Él, creer en Él, tendremos la certeza que nos guardará seguros de las dificultades. Jesús dijo, "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo."9

El llegó hasta la muerte y se levantó de ella. El puede tomarnos a través de las dificultades de esta vida, para llevarnos a la vida eterna, si confiamos en El. Nosotros podemos ir por la vida con Dios o sin El. Jesús oró, "Oh Padre justo, aunque el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos."10

Para iniciar una relación personal con Dios, por favor ve a Conectándote.

(1) Mateo 11:28 
(2) Mateo 23:37 
(3) Juan 8:12 
(4) Mateo 20:17-19 
(5) Mateo 26:37-39 
(6) Juan 1:10-12 
(7) Juan 3:17,16 
(8) Juan 14:27 
(9) Juan 16:33 
(10) Juan 17:25,26

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08.09.2013 18:46

La fuente de una vida cambiada

¿Cómo llega alguien a ser la persona que quiere ser en lo profundo de su corazón?

por Josh McDowell
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Yo añoraba ser feliz. Quería ser una de las personas más felices del mundo. También deseaba tener una vida llena de significado. Quería respuestas para las preguntas:

  • ¿Quién soy?
  • ¿Por qué estoy aquí?
  • ¿Hacia dónde voy?

Aun más que eso, quería ser libre. Quería ser uno de los hombres más libres del mundo. La libertad para mí no significaba simplemente hacer lo que a uno se le diera la ganacual--quiera puede hacer eso. La libertad para mí significaba tener la capacidad de hacer lo que uno sabe que debe hacer. (La mayoría de las personas saben lo que deben hacer... pero no tienen la capacidad de hacerlo.)

Así que empecé a buscar respuestas. Me parecía que casi todos estaban involucrados en algún tipo de religión, por lo tanto yo fui a una iglesia. Pero creo que encontré la iglesia equivocada, porque sólo me hizo sentir peor. Iba a la iglesia por la mañana, por la tarde y por la noche. Yo soy muy práctico, y cuando algo no funciona, lo abandono. Así que abandoné la religión.

Me empecé a preguntar si el prestigio era la respuesta. Pensé que lo lograría siendo un líder, aceptando alguna causa, entregándome a ella, y siendo popular. En la universidad a la que asistí, los líderes estudiantiles controlaban el dinero y disponían de él. Así que postulé para ser presidente estudiantil de los nuevos ingresos, y fui elegido. Fue fantástico que todos me conocieran, el poder tomar decisiones, y gastar el dinero de la universidad en conferencistas que yo elegía. Eso fue genial, pero se esfumó como todo lo demás que había probado antes. Me levantaba el lunes por la mañana (casi siempre con dolor de cabeza como consecuencia de la noche anterior), y mi actitud era: "bueno, aquí vienen otros cinco días." Sobrevivía de lunes a viernes. La felicidad giraba en torno a tres noches de la semana: viernes, sábado y domingo. Entonces comenzaba de nuevo el círculo vicioso.

Sospecho que son pocas las personas de las universidades en este país que sean más sinceras en su búsqueda por encontrar significado, verdad y propósito para la vida de lo que yo fui. Durante este tiempo noté que había un pequeño grupo de personas--ocho estudiantes y dos maestros. Me di cuenta que había algo diferente en sus vidas. Ellos parecían saber porque creían lo que creían y hacia donde iban.

Estas personas a las cuales comencé a observar, no sólo hablaban acerca del amor, sino que se involucraban. Parecían estar por encima de las circunstancias de la vida universitaria. Mientras todos los demás parecían estar cargados de cosas, ellos parecían tener un estado de contentamiento y de paz que no dependía de las circunstancias. Además, parecían poseer una fuente de gozo interna y constante, eran repulsivamente felices. Ellos tenían algo que yo no tenía.

Como cualquier otro estudiante, cuando alguien tenía algo que yo no tenía, yo lo quería. Entonces decidí hacerme amigo de esta gente que me intrigaba. Dos semanas después de haber tomado esta decisión, estábamos todos sentados alrededor de una mesa en el centro estudiantil, seis estudiantes y un miembro de la facultad. La conversación se empezó a centrar en el tema de Dios.

Esto me estaba molestando, de modo que finalmente miré a uno de los estudiantes, una muchacha muy bonita (yo solía pensar que todas las cristianas eran feas), y me recosté sobre la silla (no quería que los otros pensaran que estaba interesado), y le dije: "dime, ¿qué cambió sus vidas? ¿por qué la vida de ustedes es tan diferente a la de los demás en la universidad?"

Esa joven debe haber tenido una gran convicción. Me miró directamente a los ojos y dijo dos palabras que nunca pensé que oiría como parte de una solución en la universidad. Ella dijo: "Cristo Jesús."

"¡Ah! Por Dios," le dije, "no me vengas con esa basura. Estoy harto de la iglesia. Estoy harto de la Biblia. No me vengas con esa basura de la religión."

Espera, me contesto como un disparo, no dije religión, dije Jesucristo. Ella apuntó a algo que yo nunca antes había sabido: el cristianismo no es una religión. La religión es el esfuerzo humano para abrirse camino hacia Dios mediante las buenas obras. El cristianismo es Dios buscando a los hombres y mujeres a través de Jesucristo ofreciéndoles una relación con El mismo.

Probablemente, hay más personas en la universidad con conceptos errados con respecto al cristianismo que en cualquier otra parte del mundo. Hace un tiempo conocí a un auxiliar de cátedra que durante un seminario para graduados hizo la siguiente observación: "cualquiera que entra en una iglesia es un cristiano". Yo le respondí: "¿El entrar en una cochera lo convierte a uno en un carro?" Yo sabía que un cristiano es alguien que genuinamente cree en Jesucristo.

Al considerar el cristianismo, mis nuevos amigos me desafiaron intelectualmente a que examinara la vida de Jesús. Descubrí que Buda, Mahoma, y Confucio nunca dijeron ser Dios, pero Jesús si lo hizo. Mis amigos me pidieron que examinara la evidencia acerca de la deidad de Jesús. Ellos estaban convencidos de que Jesús era Dios en forma humana, quien murió en la cruz por los pecados de la humanidad, que fue enterrado, que resucitó al tercer día y que podía cambiar la vida de una persona el día de hoy.

Yo pensaba que esto era una farsa. La verdad es que yo pensaba que todos los cristianos eran idiotas. Yo había conocido a algunos. Yo esperaba a que un cristiano hablara en mi clase para poder despedazarlo por un lado y aniquilarlo por el otro, antes de que el profesor tuviera oportunidad de hacerlo. Yo me imaginaba que si un cristiano tenía alguna célula cerebral, esta se moriría de soledad. Esto era todo lo que entendía acerca de ellos.

Pero estas personas me desafiaron una y otra vez. Finalmente, acepté su desafío. Lo hice por orgullo para refutarles, pensando que no habían pruebas o evidencias que una persona pudiera evaluar.

Después de muchos meses de estudio, mi mente llegó a la conclusión de que Jesucristo debe de haber sido quien él dijo ser. Eso presentaba un gran problema, mi mente me decía que todo esto era verdad pero mi voluntad me empujaba hacia otra dirección.

Descubrí que llegar a ser un cristiano era destrozar el orgullo. Jesucristo desafió directamente mi voluntad a que confiara en él. Déjenme parafrasear lo que él me dijo. "¡Mira! He estado de pie frente a la puerta y estoy constantemente llamando. Si alguno me oye llamar y abre la puerta, yo entraré" (Apocalipsis 3:2). No me importaba que Jesucristo hubiera caminado en agua o que hubiera convertido el agua en vino, no quería un aguafiestas como él cerca de mí. No podía pensar en otra manera más rápida de arruinar los buenos momentos. Así que mi mente estaba diciéndome que el cristianismo era verdadero pero mi voluntad estaba huyendo.

Cada vez que estaba cerca de aquellos entusiastas cristianos, el conflicto empezaba. Si has estado cerca de personas que están felices, mientras que tú te sientes miserable, entiendes como pueden fastidiarte. Ellos se sentían tan felices, y yo tan desdichado, que literalmente me levanté y salí del centro estudiantil. Llegué al extremo en que me acostaba a las diez de la noche, y no lograba conciliar el sueño hasta las cuatro de la mañana. ¡Yo sabía que tenía que sacar eso de mi mente antes que enloqueciera! Finalmente mi cabeza y mi corazón se conectaron el 19 de diciembre de 1959 a las 8:30 p.m., mientras cursaba mi segundo año en la universidad--llegué a ser cristiano.

Aquella noche oré cuatro cosas para establecer una relación con Jesucristo, las cuales han transformado mi vida. Primero, dije: "Señor Jesús, gracias por morir en la cruz por mí". Segundo, dije: "confieso aquellas cosas en mi vida que no te agradan y te pido que me perdones y que me limpies". Tercero, dije: "ahora mismo, de la mejor forma que conozco, te abro la puerta de mi corazón y de mi vida y pongo mi confianza en ti como mi Salvador y Señor. Toma el control de mi vida. Cámbiame de adentro hacia fuera. Hazme la persona que tú quieres que sea". La última cosa que oré fue: "gracias por entrar en mi vida por medio de la fe". Esta era una fe que no estaba basada en la ignorancia, sino que en la evidencia de la historia y en la Palabra de Dios.

Estoy seguro que has escuchado de varias personas religiosas hablando acerca de sus experiencias de conversión con "rayos y relámpagos". La verdad es que después de orar, nada sucedió. Absolutamente nada. Ni siquiera me salieron alas. En realidad, después de haber tomado esa decisión, me sentí peor. Literalmente sentía que iba a vomitar ¡Oh no! yo pensé ¿en qué te metiste ahora? Realmente sentí que me había vuelto loco (¡estoy seguro que algunas personas piensan que si lo hice!).

Sin embargo en el periodo de seis meses a un año y medio, descubrí que en realidad no había perdido la razón. Mi vida había cambiado. Una vez estuve en un debate con el director del departamento de historia de la Universidad del Medio-oeste y le dije que mi vida había sido cambiada. El me interrumpió con lo siguiente: "McDowell ¿me estás tratando de decir que Dios ha cambiado tu vida en pleno siglo veinte? ¿qué áreas?" Después de 45 minutos él dijo: "OK, es suficiente". Déjame contarte algunas de las cosas que le dije a él y al resto de la audiencia ahí.

Una de las áreas que Dios cambió fue mi tendencia a estar inquieto. Siempre tenía que estar ocupado. Caminaba por la universidad y mi mente era como un torbellino con conflictos que rebotaban contra las paredes de mi cabeza. Me sentaba y trataba de estudiar, pero no podía. Algunos meses después de tomar aquella decisión por Cristo, se desarrolló un tipo de paz mental. No me malentiendan. No estoy hablando de la ausencia de conflictos. Lo que encontré en esta relación con Jesús no fue la ausencia de conflictos, sino que la habilidad de tratar con ellos. No cambiaría eso por nada del mundo.

Otra área que empezó a cambiar fue mi mal genio. Solía perder los estribos por el sólo hecho de que alguien me mirara mal. Todavía tengo las cicatrices de una vez que casi maté a un tipo durante mi primer año en la universidad. Mi mal genio era una parte tan vital de mí que no trataba conscientemente de cambiarlo. Pero un día llegué a una situación en que pensé que perdería la compostura, y descubrí ¡que ya no había enojo en mí! Sólo una vez en catorce años he perdido los estribos (y después de hacerlo ¡lo compensé por seis años!).

Hay otra área de la cual no estoy orgulloso. Sin embargo, la menciono porque mucha gente necesita el mismo tipo de cambio en sus vidas, y yo encontré la fuente de cambio: una relación viva con Jesucristo. Esa área es el odio. Yo tenía mucho odio en mi vida. No era algo que se manifestaba externamente, pero había algo que me carcomía por dentro. Estaba enojado con la gente, con las cosas, con los asuntos.

Pero odiaba a un hombre más que a cualquier otro en este mundo: mi padre. Lo odiaba por completo. Para mí él era el alcohólico del pueblo. Todos conocían a mi papá como un borracho. Mis amigos hacían chistes acerca de él tambaleándose por el centro del pueblo. Ellos no pensaban que a mí me molestaba. Yo igual que los demás, me reía por fuera. Sin embargo, déjame contarte, yo estaba llorando por dentro. Habían veces en que iba al granero y veía como mi mamá era golpeada hasta que no se podía levantar, tirada en el excremento detrás de las vacas. Cuando nuestros amigos nos visitaban, yo sacaba a mi papá al granero y lo ataba, y estacionaba el carro detrás del silo. Luego les decíamos a nuestros amigos que él había salido. No creo que alguien hubiera odiado más a otra persona que yo a mi padre.

Después de tomar la decisión por Cristo, él entró en mi vida y su amor era tan fuere que se llevó el odio y le dio vuelta. Yo fui capaz de mirar a mi padre directo a los ojos y decirle: "Papá, te amo". Se lo dije con sinceridad. Después de algunas cosas que yo había hecho, esto lo conmovió.

Cuando me transferí a una universidad privada, tuve un accidente automovilístico muy grave. Fui llevado a casa con un aparato de tracción en el cuello. Nunca olvidaré el momento en que mi padre entró en mi habitación y me preguntó, "Hijo ¿como puedes amar a un padre como yo?" Yo le dije, "Papá, yo le permití a Cristo entrar en mi vida. No puedo explicarlo completamente, pero como resultado de esta relación he encontrado la capacidad de amar y de aceptar no solamente a ti, sino también a otra gente tal y como es".

Cuarenta y cinco minutos después experimenté una de las más grandes emociones de mi vida. Alguien de mi propia familia, alguien que me conocía tan bien y a quien no podía engañar, me dijo: "Hijo, si Dios puede hacer en mi vida lo que yo he visto que él ha hecho en la tuya, entonces yo quiero darle la oportunidad". Allí mismo mi padre oró conmigo para poner su confianza en Cristo y para el perdón de sus pecados.

Generalmente los cambios se llevan a cabo en días, semanas, meses, o incluso un año. La vida de mi padre fue cambiada allí mismo ante mis ojos. Fue como si alguien hubiera bajado y hubiera encendido una luz. Nunca he visto un cambio tan rápido como este. Mi padre sólo tocó el whisky una vez después de esto. Lo llevó cerca de sus labios y eso fue todo. He llegado a una conclusión: una relación con Jesucristo cambia las vidas.

Tú puedes reírte del Cristianismo. Puedes burlarte y ridiculizarlo. Pero funciona. Cambia las vidas. Si tú pones tu confianza en Cristo, empieza a observar tus actitudes y acciones porque Jesucristo está en el negocio de cambiar vidas.

Pero el Cristianismo no es algo que puedes imponerle a otros. Todo lo que puedo decirte es lo que he aprendido. Después de todo, es tu decisión.

Quizás la oración que yo hice puede ayudarte: "Señor Jesús, te necesito. Gracias por morir en la cruz por mí. Perdóname y límpiame. Ahora mismo pongo mi confianza en ti como mi Señor y Salvador. Hazme la clase de persona que tú quieres que sea. En el nombre de Cristo. Amén".

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08.09.2013 14:45

Dios es nuestro sustento!

En momentos difíciles, Dios es nuestro sustento! El nos sostiene…

https://www.youtube.com/watch?v=8syr5TzR86Q

 

 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:10

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08.09.2013 14:33

Un mensaje de Dios para ti

Solo escucha.

https://www.youtube.com/watch?v=b2ZbB3p4Ais

Eres un milagro. Eres fuerte, capaz, inteligente, lleno de dones y talentos. Te hice perfecto, para que aprovecharas tu capacidad y no para que te destruyas con tonterías. Acéptate, anímate.

Eres único, nadie es igual a ti. Sigue siempre adelante.

Te di el poder de elección: elije vivir en lugar de morir. Crece cada día un poco más en optimismo y esperanza.

No te olvides que eres mi milagro. Que te quiero feliz. Usa tus dones y cambia el ambiente donde vives, contagiando esperanza y optimismo sin temor. Yo estoy siempre a tu lado.

Te lo digo yo, tu amigo,

Dios.

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08.09.2013 14:23

Si tuvieras Fe.wmv

Señor te amo! Te amo mi Dios! Amor inexplicable,  lo experimento dentro de mi corazón. Arde en mi pecho la llama de tu amor, quema en mi interior el fuego de tu Espíritu, siento en mi alma la fuerza de tu Poder.

Eres tan grande, perfecto, magnífico… Y a la vez eres tan simple, tan cercano, tan humilde,,, te acercas con ternura, me tomas entre tus brazos y con un tierno abrazo me dices que me amas,,,, eres puro Amor.

Tu fuerza derriba montañas, tu Poder destruye todo mal, tu puedes romper toda cadena: miedos, angustia, depresión, preocupación…

Y esto no es un poema sin sentido, una simple narración bonita… Esto es real, se hace realidad ante mis propios ojos. Veo milagros de sanación que obras mediante el poder de la oración, veo liberaciones de miedos y de angustias, veo cómo levantas al oprimido y sanas al enfermo.

Ten fe y podrás!!! Cómo puedo callarme ante tales cosas?? No puedo, me es imposible. Porque siento que mi testimonio se tiene que hacer oír. Que todas las naciones del mundo sepan de tu gran Amor, de tu Poder que derriba cualquier obstáculo y problema, solo hace falta tener fe. Pero no cualquier fe, una fe indestructible, una fe arraigada en roca firme.

https://www.youtube.com/watch?v=1w67Q8N0jFU

En verdad les digo: si tuvieran fe, del tamaño de un granito de mostaza, le dirían a este cerro: Quítate de ahí y ponte más allá, y el cerro obedecería.          Nada sería imposible para ustedes.” (Mt 17, 20-21)

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08.09.2013 14:16

Archivo para la categoría "El Amor de Dios"

Hola queridos lectores,

Hoy me gustaría compartir con ustedes sobre la providencia de Dios.

¿Qué es? A veces escuchamos la frase: “no te preocupes, Dios proveerá”. Es decir, es la confianza plena que nuestro Dios nos cuida y nos ayuda, que si estamos pasando por algún momento difícil nos va a ayudar. Que si necesitamos algo o a alguien, él nos lo presetará, en el momento y en el lugar que sea Su voluntad y no la nuestra.

https://www.youtube.com/watch?v=pA1g6gi1TXM

Esto no quiere decir que nosotros no hagamos nada de esfuerzo para conseguir lo que necesitamos, por supuesto que no. Al contrario, Dios nos hizo libres y nos dotó de capacidades y habilidades únicas que debemos poner en práctica. Confiar en la Providencia de Dios, es una actitud de fe, es la gracia del Señor que nos regala que nos hace confiar en que El resolverá hasta lo imposible. Asi como dice la cita: “Si tuvieras fe, como un granito de mostaza, tú le dirías a las montañas, muévete, y se moverán”.

 

Hoy los invito en confiar en Dios, en pedir la gracia de la fe que nos permita estar seguros que nada es imposible para Dios. Y que si ponemos en manos del Señor cualquier situación que nos preocupa, El actuará, según Su voluntad, en el tiempo y en la forma que sea más conveniente.

 

“Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves?” (Mt 6,26)

 

Ten fe y podrás!!

Publicado  en: septiembre 8, 2013

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